Hoy encontramos en nuestra sociedad una amplia y diversa oferta de productos, mercantilizados al mejor postor, y claro, la educación no esta libre de este “fenómeno” conocido como globalización, que esconde en sus entrañas el nuevo orden mundial o capitalismo 2.0.
Reconocer que la educación es un problema país y que debe ser el mismo estado el garante de su correcta aplicación, velando siempre por la equidad y calidad, es a esta altura, escarbar aun más en los discursos pre-fabricados y populistas de los últimos años. Y bien, es loable preguntarse entonces ¿Por qué tanto revuelo por el lucro, equidad y calidad en la educación pública? ¿Existe realmente educación pública? Entendiendo público como algo de acceso global que entrega el estado a sus ciudadanos, o ¿Estamos enfrentados a lo privado disfrazado de público?
Analicemos, las Universidades Tradicionales (dejaron de llamarse públicas) están asociadas en un “Consorcio de Universidades Estatales” que deben velar por la autogestión, es decir, que para sobrevivir deben cobrar altos aranceles y así generar “flujo de caja”, ¿y el estado? Bien, gracias. Además, existen universidades tradicionales con capitales privados (PUCV, UTFSM, por citar ejemplos regionales) que son de alto rendimiento y de alto costo por supuesto, y quiero detenerme en la UTFSM, porque es bastante particular y de cierto modo ilustra lo que ha sido la historia de la educación pública en chile en los últimos cincuenta años.
Cuenta la historia que Don Federico Santa María, dejó como legado una universidad donde los hijos de trabajadores pudieran tener acceso a especialización de calidad y gratuita, además dejo colegios e institutos, bajo un enorme piso económico, ¿de donde salió eso? De su fortuna personal. Resulta que murió y su legado quedó, pero llegó la dictadura, privatizo la Universidad, se llevó la herencia y hoy es una universidad de prestigio, con altos aranceles y que recibe platas del estado porque se lleva los puntajes más altos de la PSU, porque como bien es sabido que el estado “beneficia” a los puntajes altos y a las casas de estudio donde los alumnos “exitosos” ingresan.
De este modo, se ha generado una brecha entre Universidades con recursos y las que no, cerrando un circulo más vicioso que virtuoso. Y ¿los colegios y escuelas? Pasa algo similar, ya que, mientras el gran orgullo de la concertación es obligar a todos a ir al colegio hasta cuarto medio, los estudiantes que son expulsados son “recogidos” por los liceos municipales (ni siquiera son estatales) entonces que pasa, los colegios pagados se quedan con lo mejor y los municipales, con lo que “bota la ola”
Y ahí al medio, están los subvencionados-particulares que son autónomos en todo sentido, cobran lo que el mercado indica y más encima cuentan con el apoyo del estado, quien subvenciona a los alumnos que ahí asisten, excelente negocio.
Por último, es necesario que existan colegios, y universidades privadas, pero instituciones que sean privadas ayudadas y subsidiadas por el estado, me parece una aberración enorme. Dejemos que lo privado y lo estatal compitan, si lo empresarial ya se ha instalado, utilicemos esas formas organizacionales para elevar la equidad y que por favor, el estado deje de desligarse de sus funciones y cumpla un rol activo en la sociedad y que vele por otorgar y reguardar los derechos básicos como la educación y la salud y que elimine de sus políticas “socialistas” la carrera armamentista iniciada hace largos años.
Entonces, invito a cuestionarse ¿es el Estado Chileno un garante de la educación que debe ser un derecho público? lo dudo, y ¿ud?
Reconocer que la educación es un problema país y que debe ser el mismo estado el garante de su correcta aplicación, velando siempre por la equidad y calidad, es a esta altura, escarbar aun más en los discursos pre-fabricados y populistas de los últimos años. Y bien, es loable preguntarse entonces ¿Por qué tanto revuelo por el lucro, equidad y calidad en la educación pública? ¿Existe realmente educación pública? Entendiendo público como algo de acceso global que entrega el estado a sus ciudadanos, o ¿Estamos enfrentados a lo privado disfrazado de público?
Analicemos, las Universidades Tradicionales (dejaron de llamarse públicas) están asociadas en un “Consorcio de Universidades Estatales” que deben velar por la autogestión, es decir, que para sobrevivir deben cobrar altos aranceles y así generar “flujo de caja”, ¿y el estado? Bien, gracias. Además, existen universidades tradicionales con capitales privados (PUCV, UTFSM, por citar ejemplos regionales) que son de alto rendimiento y de alto costo por supuesto, y quiero detenerme en la UTFSM, porque es bastante particular y de cierto modo ilustra lo que ha sido la historia de la educación pública en chile en los últimos cincuenta años.
Cuenta la historia que Don Federico Santa María, dejó como legado una universidad donde los hijos de trabajadores pudieran tener acceso a especialización de calidad y gratuita, además dejo colegios e institutos, bajo un enorme piso económico, ¿de donde salió eso? De su fortuna personal. Resulta que murió y su legado quedó, pero llegó la dictadura, privatizo la Universidad, se llevó la herencia y hoy es una universidad de prestigio, con altos aranceles y que recibe platas del estado porque se lleva los puntajes más altos de la PSU, porque como bien es sabido que el estado “beneficia” a los puntajes altos y a las casas de estudio donde los alumnos “exitosos” ingresan.
De este modo, se ha generado una brecha entre Universidades con recursos y las que no, cerrando un circulo más vicioso que virtuoso. Y ¿los colegios y escuelas? Pasa algo similar, ya que, mientras el gran orgullo de la concertación es obligar a todos a ir al colegio hasta cuarto medio, los estudiantes que son expulsados son “recogidos” por los liceos municipales (ni siquiera son estatales) entonces que pasa, los colegios pagados se quedan con lo mejor y los municipales, con lo que “bota la ola”
Y ahí al medio, están los subvencionados-particulares que son autónomos en todo sentido, cobran lo que el mercado indica y más encima cuentan con el apoyo del estado, quien subvenciona a los alumnos que ahí asisten, excelente negocio.
Por último, es necesario que existan colegios, y universidades privadas, pero instituciones que sean privadas ayudadas y subsidiadas por el estado, me parece una aberración enorme. Dejemos que lo privado y lo estatal compitan, si lo empresarial ya se ha instalado, utilicemos esas formas organizacionales para elevar la equidad y que por favor, el estado deje de desligarse de sus funciones y cumpla un rol activo en la sociedad y que vele por otorgar y reguardar los derechos básicos como la educación y la salud y que elimine de sus políticas “socialistas” la carrera armamentista iniciada hace largos años.
Entonces, invito a cuestionarse ¿es el Estado Chileno un garante de la educación que debe ser un derecho público? lo dudo, y ¿ud?
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